Queridos lectores, les proponemos una pregunta: ¿cuáles son vuestros recuerdos del circo?
Seguramente lo asociáis a la infancia, a excitación, a asombro, a ver cosas increíbles, a comer chucherías, a música, a payasos, a reír con nuestra familia y a, en definitiva, días inolvidables.
Me acuerdo de las dos veces que en mi infancia fui a un circo. Fue en la década de los 90. Con cariño, escribí una nota al pìe de una de las dos fotos Polaroid que me hicieron. Me acuerdo sobre todo de la presencia de mis padres, del sabor de una deliciosa manzana de caramelo de la que -cómo no- me puse perdida, de una chica que hacía malabarismos y se contorsionaba sobre un caballo a pleno galope, de carcajadas con los payasos, de música alegre y de asombro y miedo al ver las piruetas de los trapecistas. Me acuerdo de los aplausos del público, y de reír y compartir esa fantástica experiencia con mis padres. Fueron días inolvidables.
Sin embargo, de lo que más me acuerdo es precisamente de las fotos con los elefantes. Qué enormes criaturas, y qué bellas, allí tan cerca que las podías tocar... me acuerdo de que en ambas ocasiones, mientras me tiraban la foto, acariciaba con cariño su piel áspera.
Aun así, a medida que he ido creciendo, mi recuerdo se ha ido volviendo más maduro. Recuerdo la cola de niños enfrente y detrás de mí para subirse al elefante para la foto. Debimos de estar allí más de una hora. A veces, se subía también algún adulto. Los elefantes estaban entrenados a alzar la trompa cuando veían que iban a sacar la foto. Debían de pasarse hora tras hora así, inmóviles, con largas colas de personas esperando para subirse sobre ellos, ante un flash al que estaban expuestos continuamente y que seguramente les dañaba los ojos.
En cuanto crecí un poco, me di cuenta de que no me gustaba que en el circo hubiera animales.
Desde esta página, os invitamos a reflexionar sobre el fenómeno del circo como forma de arte y reunión social, desde sus inicios hasta sus manifestaciones más contemporáneas. Pronto las vamos a estudiar en detalle, desde este blog y nuestras redes sociales. Pero, mientras tanto... decidnos:
¿Cuáles fueron vuestras experiencias, cuando erais niños, en el circo? ¿Y cómo lo veis como fenómeno artístico y cultural ahora que ya sois adultos?
Esperamos vuestras respuestas, un saludo compañeros.
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Equipo de trabajo de acción artística digital compuesto por:
Jenny Alexandra Zuluaga Arévalo
Rubén Prieto Chamarro
Pilar Velasco Arias
María Concepción Pomar Rosselló